Administrar el día a día de una Comunidad de propietarios es una de las principales funciones del Administrador de fincas, una labor normalmente oculta a los ojos de los vecinos de la Comunidad, que genera en cambio un sinfín de pequeñas acciones administrativas, fundamentales para un correcto funcionamiento de la misma.
- Liquidación de impuestos, domiciliaciones y pagos a proveedores.
- Suministradoras de agua y energía, instaladores, saneamiento, técnicos y operarios de la construcción, limpieza de instalaciones comunes, control de plagas, etc.
- Confección y envío de comunicaciones y certificados comunitarios.
- Respuesta rápida y eficaz a las incidencias de mantenimiento y conflictos ocurridos en la comunidad.
Una metodología orientada a facilitar las funciones de los tres órganos internos de una comunidad:
- La Junta de Gobierno, órgano principal para la toma de decisiones.
- El secretario, función asumida generalmente por el administrador de fincas.
- El presidente de la Comunidad, quién finalmente asume las funciones de:
- Representar a la comunidad en actos jurídicos.
- Dar respuesta rápida a todo tipo de incidencias, reparaciones y mantenimiento de los espacios comunes y servicios de la finca.
- Velar por el cese de actividades molestas para el resto de vecinos de la Comunidad.
- Gestionar la convocatoria de juntas extraordinarias.
- Firmar contratos con proveedores externos y de suministros comunitarios, etc.